sábado, 11 de agosto de 2012

TORMENTA DE VERANO (VERSIÓN I)

Ha empezado a llover. Una tormenta de verano. Me he despojado de la mitad de mi ropa y he salido al jardín, a disfrutar del acontecimiento como una niña bajo los primeros copos de nieve de una tarde invernal.  He salido medio desnuda  a mojarme con esos goterones increíbles  envueltos en mucho, mucho calor; y que caían de pronto sin previo aviso.  La otra mitad de la ropa me la he dejado puesta, para evitar habladurías y malas interpretaciones de quien pudiera verme divirtiéndome bajo la lluvia, para evidenciar mis buenas maneras y mi adaptación social. Hasta el  gato de dos colores, que dormitaba bajo el rosal, se ha visto sorprendido y corría cómicamente de un lado a otro del huerto, casi saltando, sin saber si guarecerse bajo las hojas  del álamo o bajo la sombra del limonero.

He salido a despertar mis cinco sentidos, adormecidos durante la siesta, con las hojas sonoras de los álamos, las nubes de coliflor sobrepuestas en el cielo azul, el olor penetrante de la tierra caliente, el sabor anónimo de las gotas de lluvia, el tacto extraño del agua escurriendo sobre la piel sudorosa…  Y a sentir el éxtasis profundo que supone una ligera lluvia tras un agotador día de calor.

Los médicos deberían prescribir una tormenta de verano para el ánimo bajo.

5 comentarios:

  1. Pues me apunto a ello, creo que con el calor que estamos pasando y lo que eso aplana, una tormentita de vez en cuando sería le mejor receta.

    Besos MA

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  2. Es de lo más bello bañarse bajo la lluvía, y ese olor a tierra húmeda es de mis perfumes favoritos. Bella manera de levantarse el ánimo Ma, un abrazo con cariño desde Uruguay.

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  3. Gracias por comentar, chicas.

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  4. Totalmente de acuerdo con esa recomendación.

    Besitos

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  5. no recuerdo sonreír tanto como la última vez que un chaparrón me caló hasta los huesos. una ciudad de calados hasta los huesos bajo la marquesina de un cine, que no podíamos evitar sonreír mientras chorreábamos.

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